El invierno no solo trae
lluvias y vientos helados, también expone a miles de trabajadores a condiciones
extremas que ponen en riesgo su salud y seguridad. Mientras algunos pueden
resguardarse del clima, quienes se desempeñan en la pesca artesanal,
construcción, agricultura, recolección de basura y servicios esenciales no
tienen esa opción. Para ellos, el frío no es solo incomodidad, sino un peligro
laboral real.
Como Instituto de
Seguridad Laboral (ISL) lo sabemos y por eso impulsamos la campaña "Bajo
Cero: Más vale prevenir que tiritar" con un objetivo claro: evitar
accidentes, enfermedades profesionales y muertes relacionadas con las bajas
temperaturas.
Pero ¿qué tan preparados
estamos realmente para enfrentar este desafío? La exposición prolongada al frío
y la humedad puede causar hipotermia, congelamiento, enfermedades
musculoesqueléticas y hasta accidentes por falta de movilidad; la escarcha en
veredas y calles puede provocar accidentes mortales en algunos casos. Sin
embargo, muchos empleadores aún subestiman estos riesgos, ignorando que la
prevención no es un gasto, sino una inversión y, desde este año, una obligación
con la entrada en vigor del Decreto Supremo 44.
Medidas básicas como
ropa térmica, calefacción en refugios, pausas activas y elementos protectores
para las y los trabajadores son conocidos, pero su aplicación sigue siendo
desigual. Incluso hay personas que aún no conocen los riesgos al que se exponen
en sus labores porque no se han adecuado las medidas preventivas para ello en
sus lugares de trabajo.
Por lo mismo, la
prevención no puede esperar. "Más vale prevenir que tiritar" no es
solo un eslogan, es un principio que debería guiar todas las políticas
laborales en temporada invernal, ya que ningún trabajador debería arriesgar su
salud o su vida solo por cumplir con su jornada. El frío es inevitable, pero
los accidentes y enfermedades sí lo son.
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