Cada 28 de mayo se celebra el Día Internacional de Acción
por la Salud de las Mujeres, fecha en la que se nos hace un llamado global a
reconocer y abordar las múltiples inequidades que aún persisten y que impactan
directamente en el bienestar integral de las mujeres en todas las etapas de su
ciclo de vida. Las problemáticas que hacen eco van desde las barreras en el
acceso a servicios de salud sexual y reproductiva, hasta la violencia de
género, discriminación y falta de oportunidades.
Los desafíos indudablemente son muchos, los que exigen
además una respuesta firme y coordinada en todos los niveles de acción: políticos,
sociales, culturales educativos y de salud. En nuestro país, si bien se han
logrado avances significativos, la tarea de asegurar que cada mujer pueda
ejercer plenamente sus derechos en toda la extensión de la palabra, sin
importar su origen, condición socioeconómica o lugar de residencia, sigue
siendo una preocupación constante, sobre todo desde la mirada de la matronería.
Es fundamental comprender que la salud de las mujeres va
mucho más allá de la mera ausencia de enfermedad. Se trata de un estado de
bienestar completo donde la autonomía, el acceso información, educación de
calidad y la supresión de barreras culturales, económicas y políticas son
fundamentales para su pleno desarrollo.
En este sentido, la salud sexual y reproductiva
constituye un pilar esencial, abarcando el derecho a tomar decisiones
informadas sobre la planificación familiar, el acceso a medios de protección
para la salud, una atención de calidad durante el embarazo, parto y puerperio,
y la prevención y tratamiento oportuno de infecciones, enfermedades y cánceres
ginecológicos.
Las matronas hacemos un llamado a la sociedad, a que
sigamos impulsando la salud de nuestras mujeres con accesos a tiempo,
equitativos, libres e informados. Nuestra cercanía y la construcción de un vínculo
de confianza con nuestras usuarias nos permiten comprender profundamente sus
realidades, es por ello, que no podemos invisibilizar estas necesidades y no
hacerlas además nuestras preocupaciones.
Desde la academia reafirmamos nuestro trabajo incansable
de seguir formando profesionales con un amplio sentido de responsabilidad con
la salud de cada mujer de nuestra región, impulsando un futuro donde sus
derechos y bienestar sean una prioridad.
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