Abril es considerado el mes de la concientización sobre el cáncer de
testículo, una enfermedad que tiene la particularidad de presentarse en edades
más tempranas que el resto de las patologías oncológicas. De hecho, afecta
principalmente a hombres entre los 15 y 45 años e, incluso, es más frecuente de
los 25 a los 35 años. Si bien no es de las neoplasias más comunes, se estima
que durante el 2025 se registrarán 852 nuevos casos y 113 fallecidos por cáncer
testicular en Chile, de acuerdo con proyecciones del Observatorio Global del
Cáncer (Globocan).
Los síntomas más comunes
de este cáncer son:
●
Bulto no
doloroso o inflamación en alguno de los testículos.
●
Cualquier
cambio de forma o tamaño.
●
Sensación de
pesadez en el escroto.
●
Dolor o
molestia en la zona.
Debido a esto, expertos
recomiendan el autoexamen para detectarlo a tiempo. Este debe realizarse
idealmente bajo la ducha caliente, cuando el escroto esté relajado, y con las
dos manos. En caso de palpar nódulos duros en el testículo, o cambios en su
forma y consistencia, la consulta con el urólogo debe ser inmediata. “El
autoexamen es la primera y única medida que nos permite detectar a tiempo este
cáncer. Desde la pubertad en adelante hay que enseñarles a los jóvenes a
conocer su propia anatomía y estar atentos a los cambios”, destaca el Dr. Pedro
Recabal, urólogo oncólogo del Instituto Oncológico FALP.
Una enfermedad con buen pronóstico
Por su parte, el Dr.
Camilo Sandoval, urólogo oncólogo del Instituto Oncológico FALP,
recomienda que desde los primeros meses de vida el pediatra constate que
los testículos hayan bajado. “Se estima que los hombres que presentaron
criptorquidia en la infancia tienen 40 veces más riesgo de desarrollar cáncer
en la juventud, incluso después de que ese testículo haya sido operado y puesto
en su lugar”, advierte.
Sin embargo, el cáncer de testículo es uno de
los tumores más curables, incluso en fase metastásica. “El cáncer
testicular hoy tiene excelente pronóstico. Se habla de que, de todos los
tumores sólidos conocidos, es el que tiene mejor sobrevida. En promedio, la
mayoría de los pacientes, cercano al 98%, se mejoran y vuelven a tener una vida
normal”, asegura el Dr. Sandoval.
El tratamiento va a depender de la etapa en la que se
encuentre la enfermedad al momento del diagnóstico: “Si el tumor está solamente
en el testículo, basta con una operación que se llama orquiectomía, en la que
se extrae el genital enfermo. Con eso, se resuelve el problema cuando está
localizado”, explica el especialista. Sin embargo, agrega: “Cuando el cáncer
sale del testículo y llega hacia otros órganos, es decir, produce metástasis,
los pacientes requerirán un tratamiento de quimioterapia o, eventualmente,
radioterapia, lo que igualmente tiene una muy buena tasa de respuesta”,
concluye.
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