En el
marco del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, siento la
imperante necesidad de reflexionar sobre la realidad que viven muchas familias
en nuestro país. La pobreza es un fenómeno que afecta profundamente el tejido
social, y es nuestra responsabilidad enfrentar esta realidad con acciones
concretas. En este sentido, el Presidente Gabriel Boric ha reiterado su firme
intención de abordar las desigualdades estructurales que persisten en nuestra
sociedad. La pobreza no solo es una cuestión económica, es una situación que
atenta contra la dignidad de las personas. Nuestro verdadero compromiso es
garantizar que cada chileno y chilena tenga la oportunidad de alcanzar sus
sueños y vivir con dignidad.
Según
la última Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional (Casen) 2024, la
pobreza multidimensional a nivel de personas en la región de Los Lagos se situó
en 19,7% para el año 2022, lo que representa una disminución estadísticamente
significativa en comparación con el 24,6% registrado en 2017, marcando una
significativa reducción de 4,9 puntos porcentuales. Este avance es alentador,
pero aún queda un camino por recorrer para asegurar que ningún chileno o
chilena viva en condiciones de vulnerabilidad.
Para
lograr esto, es crucial aumentar la resiliencia de las personas y de la
sociedad en su conjunto, lo que implica crear condiciones que amplíen las
oportunidades disponibles. Este enfoque debe ser una prioridad en el diseño y
evaluación de políticas públicas, permitiendo que los individuos mejoren su
bienestar y rompan el ciclo intergeneracional de la pobreza. Este compromiso
con la inclusión debe ir acompañado de políticas que fomenten el desarrollo
humano. Un enfoque de protección social que priorice el desarrollo personal y
social sobre la mera acumulación de bienes materiales es esencial para reducir
las brechas en capacidades básicas como ingresos, educación y salud. Así, las
intervenciones públicas serán más efectivas y significativas.
A lo
largo de los años, el Ministerio de Desarrollo Social y Familia ha implementado
diversas iniciativas para combatir la pobreza en sus múltiples dimensiones.
Entre los hitos más destacados se encuentra la creación del Fondo de
Solidaridad e Inversión Social (FOSIS) (1990), con el fin de proporcionar herramientas
y recursos a personas en situación de pobreza para que mejoren sus condiciones
de vida y logren autonomía económica, a través de programas de capacitación,
fomento productivo y apoyo al emprendimiento. Por otra parte, el Sistema Chile
Solidario (2002) que fue creado bajo el mandato del presidente Ricardo Lagos,
este sistema busca apoyar a familias en vulnerabilidad extrema, integrándolas
en redes de apoyo y brindándoles acceso a subsidios, capacitación y
oportunidades para su inclusión social. Se enfoca en la atención integral y
personalizada mediante un sistema de información sobre cada familia, luego
tenemos la creación del Programa Chile Crece Contigo (2008) iniciativa de la presidenta
Michelle Bachelet, este programa tiene como objetivo apoyar el desarrollo
integral de niños y niñas desde la gestación hasta los seis años, asegurando su
acceso a servicios de salud, educación y apoyo socioemocional, especialmente
para aquellos en situación de vulnerabilidad.
Por
último, tenemos la creación del Sistema Nacional de Apoyos y Cuidados que
estamos impulsando como Gobierno del Presidente Gabriel Boric con el fin de
atender a personas en situación de dependencia, incluidos adultos mayores, personas
con discapacidad y los propios cuidadores/as. Una iniciativa vital para mejorar
la calidad de vida de quienes más lo necesitan.
Estos
hitos reflejan el compromiso del Estado chileno por enfrentar la pobreza y
mejorar la calidad de vida de los ciudadanos más vulnerables mediante políticas
públicas enfocadas en el desarrollo social integral.
Como lo
ha señalado la Ministra Javiera Toro en variadas instancias, es vital que todas
las instituciones trabajen de manera articulada y coordinada, porque solo así
podremos avanzar hacia un futuro donde la pobreza sea una historia del pasado.
La colaboración entre el sector público y privado es clave para lograr un
verdadero cambio y construir un país más equitativo.
Para
avanzar en esta dirección, es esencial que nuestras políticas garanticen
seguridades básicas y reduzcan las vulnerabilidades ante crisis, fomentando
habilidades productivas y abordando las causas estructurales de la pobreza y la
desigualdad.
Hoy,
invito a todos y todas a ser parte de este proceso de transformación. La
erradicación de la pobreza no es solo una responsabilidad del Estado, sino un
compromiso colectivo que requiere la activa participación de la sociedad.
Hablar de pobreza no significa ignorar los avances conseguidos, sino destacar
la urgencia de erradicarla, ya que está vinculada a la vulneración de derechos.
Sigamos adelante juntos en esta importante tarea, uniendo esfuerzos para hacer
de Chile un lugar donde todos tengamos la oportunidad de prosperar y vivir
plenamente.
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