Por estos días, las pisciculturas de Los Lagos están siendo afectadas por un integrante que no es bienvenido: el Caligus rogercresseyi o más conocido en el mundo acuícola como piojo del salmón y que está azotando los cultivos de la zona e incluso ya se tienen antecedentes de que Magallanes también padece de esta infección.

 

Pero, ¿qué es el piojo del salmón? La bióloga marina y doctora en ciencias de la acuicultura de la Universidad San Sebastián (USS) sede De la Patagonia, Margarita González, explica que el caligus es un “ectoparásito que principalmente se encuentra alojado en la superficie de los peces, en este caso en los salmones, ya que por la densidad de cultivo que ellos tienen, este factor facilita que la dinámica poblacional se mantenga dentro de los centros de cultivo y por ende, también hay una dinámica de interacción con las especies nativas, que también son susceptibles de ser parasitadas con caligus y por eso se genera esta interacción entre la fauna nativa y los centros de cultivo”, precisa González.

 

La también investigadora de la USS detalla que el piojo del salmón se aloja en la superficie de los peces y que los efectos son negativos en el sentido de que generan una interrupción en la piel de los peces consumiendo su mucus y piel, lo que hace que se generen cierto tipo de lesiones que favorecen la colonización de otro tipo de patógenos como por ejemplo, el tenacibaculum (bacteria) o piscirickettsia salmonis, que son “patógenos de alta relevancia para la salmonicultura y también tienen efectos negativos por el alto costo de tratamiento que requieren las salmoneras para mantener a raya el parásito. Así que es un parásito que es flexible y entretenido de ver para nosotros, que somos investigadores; pero para los salmoneros, es algo bien negativo”, enfatiza Margarita González, quien lleva 18 años trabajando en la biología del parásito, específicamente del salmón del atlántico.

 

Origen

 

Según los antecedentes que maneja la investigadora, como los salmones no son originarios de Chile, por el año 1910 se trabajó un programa de colonización de salmones para la pesca deportiva y como estos salmones “se trajeron y se liberaron en el ambiente, finalmente se demostró que el salmón que se trajo, que es una especie exótica, se podía cultivar en nuestro país, pero el piojito ya estaba en los peces nativos, entonces una vez que se logró generar estos cultivos artificiales del salmón, obviamente la interacción entre las especies nativas y los salmones generó esta facilidad de transmisión de parásitos hacia los salmones”, puntualiza la investigadora de la USS.

 

La bióloga marina recalca que, aparentemente, este parásito tiene una preferencia por el salmón, porque “desde el punto de vista nutricional, pareciera ser mucho más relevante para el caligus que los peces nativos; además, que en los peces nativos deben competir con otros parásitos que se alojan”.

 

Precisamente, el caligus vive en la piel del salmón y “le gusta ubicarse en el dorso de los peces, en las aletas y hay ciertas diferencias de distribución de acuerdo al estadio de desarrollo del parásito. Por ejemplo, cuando la infestación es baja, le gusta colocarse en las aletas de los peces; y cuando es adulto, le gusta colocarse en el dorso, pero siempre está en la superficie, es decir, en la piel del pez”, detalla González.

 

Combate

 

Por estos días, junto a Margarita González trabaja el también investigador de la USS, Javier Campanini, químico farmacéutico y doctor en farmacología, quienes trabajan en la búsqueda de una solución para combatir al piojo del salmón.

 

“Hemos parado una línea de investigación relacionada con la búsqueda de algunas soluciones basadas en productos naturales, es decir, algunas plantas que hemos tomado, tanto de la zona como de otras partes”, explica Campanini.

 

El investigador explica que establecen los compuestos químicos de las plantas y dichos que compuestos químicos podrían tener actividad antiparasitaria. Entonces, lo que hacen en los laboratorios especializados de la USS es extraer esos compuestos químicos desde las plantas, preparar unos extractos y con ello generar formulaciones que potencialmente se pudieran utilizar para controlar esta patología.

 

“La solución que nosotros ofrecemos es más sustentable, no vamos a usar productos sintéticos que sabemos que pueden generar cierto daño al medioambiente. Nosotros creemos que ofreciendo soluciones basadas en productos naturales ayudamos y contribuimos a desarrollar una cultura que sea más sustentable”, explica Javier Campanini.

 

El químico precisa que el piojo es resistente porque todos los patógenos que conviven en el ambiente, como bacterias, virus y parásitos en este caso, tienen la capacidad de adaptarse a sus medios, por lo que el piojo buscará el mecanismo que le permita sobrevivir cada vez que se utilicen compuestos químicos para eliminarlos, no porque “ellos tengan consciencia ni nada, sino porque es un fenómeno evolutivo natural que hará que este patógeno se volverá resistente generando algunos cambios moleculares dentro de sí que puedan evadir la acción de ciertos compuestos”.

 

Avances

 

Los estudios que hasta ahora han realizado los investigadores de la USS, a juicio de Javier Campanini les han dejado avances con resultados “bastante interesantes”.

 

Lo anterior, explica el doctor en farmacología, porque han podido desarrollar métodos de extracción amigables con el medioambiente, es decir, “no utilizamos solventes complejos, tratamos de usar solventes que no generen daño y uno de los que más utilizamos es el agua”.

 

El procedimiento que utilizan en los laboratorios es la extracción vía ultrasonido con agua para poder romper las paredes celulares de las plantas y desde ahí extraer los compuestos químicos.

 

Dichos extractos, ya los “hemos probado con piojos que nosotros vamos a extraer a los centros de cultivos y vemos tres atributos primordiales y que es algo que está fallando hoy en día: primero, tenemos buena actividad sobre los adultos, pero más que los adultos tenemos que afectar los estadios tempranos, porque una hembra tiene la capacidad de tener muchos individuos y estos, van a poder infectar”.

 

A su vez, el investigador agrega que otra cosa que han visto es que algunas soluciones que hoy están disponibles en el mercado, “cuando retiras el compuesto del mercado, el parásito vuelve a la vida, vuelve a tener capacidad de infestación y eso es un fenómeno que está descrito como recuperación y nosotros, con nuestra solución no hay recuperación”.

 

Al hablar de solución, Campanini se refiere a que la caligidosis se trata con baños de inmersión, es decir, a través de lonas se genera un contenedor más pequeño y sobre esto, se coloca el tratamiento y todo esto se realiza en el mar.

 

No obstante, enfatiza el investigador, hoy en día con el avance de la tecnología se ha avanzado y “en una jaula, a través de ciertos dispositivos, se llevan los peces a un barco y ahí son tratados; entonces, ahí contienes los antiparasitarios y los tratamientos no farmacológicos, que es una solución bastante buena”.

 

Asimismo, Javier Campanini remarca que los costos asociados a la caligidosis son altos y que existe bibliografía que señala que se duplica el costo de producción de un kilo de salmón cuando la jaula está afectada por parásitos, lo que tiene que ver con la mortalidad asociada y también con los costos asociados al tratar al parásito.

 

Cambio climático

 

Si bien en un comienzo la caligidosis era propia de la Región de Los Lagos, poco a poco fue avanzando hacia el sur austral del país y una de las teorías es de la migración o del hallazgo de la parasitosis en Magallanes es “producto de este constante de aumento de temperatura que estaría asociado al cambio climático, pero estudios relacionados a esto en particular no hay en este momento. Pero literatura dura no existe que explique este fenómeno, pero como ya está descrito por González y Carvajal en el 2003, hay una asociación directa entre los aumentos de temperatura con el desarrollo del parásito; entonces, si nos ponemos en ese escenario solamente favorecería el cambio climático al parásito con los aumentos de temperatura”, puntualiza la investigadora Margarita González.

 

Congreso

 

El próximo 22 y 23 de octubre, Puerto Varas albergará el segundo Congreso sobre el piojo del salmón denominado “Impactos y Estrategias de Prevención y Control de la Caligidosis en la Salmonicultura chilena”.

 

“Es un evento que reunirá a gran parte de los científicos asociados a la caligidosis y ahí se demuestra lo relevante que es este parásito para nuestro país y a nivel mundial, porque es un Congreso específico donde sólo se hablará de ese patógeno”, revela Margarita González, quien es parte del Comité Científico del congreso a cargo de la evaluación de los trabajos que se presentarán en la ocasión.

 

La investigadora de la USS remarca que “hoy en día se está viviendo una especie crisis con un aumento del parásito desproporcionado; las terapias farmacológicas no están funcionando de la mejor manera, hay una reducción en la eficacia del tratamiento y, por ende, este congreso viene a ayudar con información importante para avanzar en estrategias de control y prevención”, acota González.

 

Por su parte, Javier Campanini indicó que en este congreso “esperamos mostrar parte de la investigación que estamos realizando, ya que es una instancia importante para nosotros de difundir lo que estamos trabajando en esta Universidad”.