POR ERWIN MOREIRA SILVA. 
COORDINADOR VINCULAICÓN CON EL MEDIO CFT SANTO TOMÁS OSORNO

En el complejo y a menudo frágil tejido de nuestras sociedades contemporáneas, los dirigentes sociales se erigen como figuras cruciales para la cohesión comunitaria, la justicia social y el cambio estructural.

Su labor, frecuentemente silenciosa y poco reconocida, tiene profundas implicaciones en la creación   de un entorno más equitativo y democrático, por eso este 7 de agosto, los felicitamos.

La importancia de estos actores no solo se manifiesta en la práctica, sino también en la teoría sociopolítica de diversos académicos. La socióloga Margaret Ledwith, en su obra "Community Development: A Critical Approach", argumenta que los dirigentes sociales desempeñan un papel vital en la articulación de las necesidades y aspiraciones de las comunidades marginadas, construyendo un diálogo auténtico entre la base y las estructuras de poder.

Sin estos líderes, muchas voces quedarían silenciadas en el remolino de intereses hegemónicos.

 El filósofo Antonio Gramsci introdujo el concepto de "intelectual orgánico", refiriéndose a líderes que emergen de las clases populares y trabajan en la transformación de la conciencia colectiva. Según Gramsci, estos dirigentes vinculan el conocimiento académico y las experiencias cotidianas, facilitando la creación de una hegemonía contra-hegemónica y actuando como motores de cambio social. Paulo Freire, en su obra "Pedagogía del Oprimido", subraya la importancia de la cooperación y el diálogo crítico en los procesos de alfabetización política y emancipación social.

 Los dirigentes sociales asumen un rol educativo, fomentando la concientización y la acción colectiva. Sin ellos, la transformación radical que Freire visualiza sería difícil de alcanzar, ya que son quienes facilitan la toma de conciencia sobre las estructuras de opresión y la necesidad de modificarlas.

En el contexto latinoamericano, Orlando Fals Borda, pionero en la investigación acción participativa, resalta la importancia de los líderes sociales como agentes de cambio que promueven el conocimiento liberador y la solidaridad activa.

En “La ciencia y el pueblo”, Fals Borda argumenta que la investigación participativa solo es eficaz si se desarrolla en estrecha colaboración con los dirigentes comunitarios, subrayando su papel indispensable en generar conocimientos y estrategias de acción que realmente respondan a las necesidades del pueblo.

 En definitiva, los dirigentes sociales no son meros actores secundarios en el drama de la política y el cambio social; son los protagonistas que articulan y movilizan las energías latentes de la sociedad. Reivindicar su importancia y apoyarlos es una tarea ineludible para quienes aspiran a un mundo mejor.

Como señalara Nelson Mandela, un líder auténtico no busca el consenso, sino que lo moldea a través de la escucha genuina y la acción comprometida.

 Los dirigentes sociales son, sin duda, los escultores invisibles de ese consenso transformador y necesario.