En el salón Ignacio Domeyko de la Universidad
de Chile, se llevó a cabo la presentación de los resultados de la investigación
“Pandemia y mujeres en situación de vulnerabilidad social: Barreras y
oportunidades para la inserción socio laboral de mujeres en Chile”, que realizó
la dirección de estudios de Fundación Prodemu en colaboración con Unesco, la
Subsecretaría del Trabajo y ONU Mujeres.
En la ocasión se dieron a conocer los
resultados del estudio en donde se plantearon las dificultades y
posibilidades para la formación y la inserción socio laboral, de manera
dependiente e independiente, durante la pandemia y en el post Covid 19, de tres
grupos de mujeres mayores de 18 años en Chile: indígenas, migrantes y
disidencias sexo genéricas. El levantamiento de la información fue mixto
(cuantitativo y cualitativo), y se llevó a cabo en las zonas Norte, Centro y
Sur del país, y en la Región Metropolitana.
La investigación arrojó entre sus principales
resultados que la mayoría de las 1.163 mujeres encuestadas de estos tres
colectivos, en 203 comunas del país, fueron o han sido discriminadas en el
ámbito laboral. Uno de los principales rubros donde esto sucede es en los
sectores más masculinizados, como la minería, la construcción, el sector
industrial, de transporte o de manejo de maquinaria.
La inserción laboral es aún más compleja para las
mujeres rurales, quienes además tienen dificultades de conectividad digital y
accesibilidad territorial por vivir en sectores aislados, para un acceso
laboral más efectivo. Paralelamente, se destaca la centralización de las
iniciativas de formación e inserción laboral, poniendo en evidencia la
necesidad de considerar más a los sectores rurales en capacitaciones e
incentivar que esto derive en más y mejores puestos de trabajo.
Es así como el estudio da cuenta de que en 2022 la
empleabilidad de las mujeres siguió estancada en los niveles de 2019. Se
declaran ocupadas un 71,4%, lo que significa un 0,2% más bajo que en 2019. Salvo entre las
personas migrantes que disminuye en un 4,7% su estado de ocupadas respecto de dicho
año.
Quienes se encuentran ocupadas son en gran
parte trabajadoras por cuenta propia (40,8%), donde destacan principalmente las
mujeres indígenas con un 57,9%. En tanto, entre quienes no trabajan ni se
encuentran en búsqueda de trabajo, también destacan las mujeres indígenas con un
25,8%, fenómeno que se explica por la realización de labores domésticas y de
cuidado.
Uno de los datos que más alertó es que más de
la mitad de estas mujeres (51,9%) no está cotizando actualmente, siendo las
mujeres indígenas quienes menos lo hacen con un 69,9%.
En el caso de las mujeres migrantes se
destaca que un 85,5% de las encuestadas que realizaron sus estudios en el
extranjero, no los han convalidado aún. Esto por falta de documentación o
dificultad para reunir todos los documentos necesarios, falta de claridad en
procesos o el factor económico, por lo que generalmente se insertan en rubros
no especializados, y muchas de ellas se encuentran en situación de informalidad
laboral.
Las disidencias sexo genéricas, en tanto, han
tenido dificultades para completar su educación escolar, situación vinculada al
bullying y a problemáticas familiares que las llevan a salir de sus hogares a
temprana edad por reconocimiento de su orientación/identidad de género. Esto es
más evidente en el caso de las personas trans, a quienes les cuesta alcanzar
niveles formativos mayores por la falta de medidas
públicas de protección normativas específicas que les aseguren su inclusión
laboral (cuotas), falta de orientación y apoyo para encontrar trabajo.
Respecto a los resultados de este estudio, la
directora nacional de Prodemu, Marcela Sandoval Osorio dijo: “El estudio
confirma lo lejos que estamos aún de una efectiva inserción laboral de las
mujeres, sobre todo de los grupos más precarizados, y en ciertos rubros
económicos. Por ello debemos trabajar con mayor precisión en vincular las
alternativas de empleo disponibles con planes de sensibilización y articulación
con el mundo público y privado a nivel territorial que se traduzcan en el
acceso a trabajos efectivos, o a la generación de emprendimientos
diversificados”.
El subsecretario del Trabajo, Giorgio
Boccardo Bosoni, expresó que “para nuestro Gobierno y Ministerio es prioritario
continuar avanzando en Trabajo Decente no solo fortaleciendo la formación,
capacitación y certificación, sino que también, fomentando la inserción de
mujeres en el mercado laboral, siendo ellas quienes se han visto especialmente
afectadas con sobrecarga en su jornada laboral y con trabajos más
precarizados”.
En tanto, el jefe de Educación de la Oficina
Regional de Educación para América Latina y el Caribe de Unesco, Valtencir
Mendes, indicó que “los efectos de la pandemia están lejos de haber terminado,
y en muchos casos se han acrecentado en el campo laboral para las mujeres. La
UNESCO no ha escatimado esfuerzos en apoyar estudios como este que son un
aporte para fortalecer la educación y la igualdad de género como una prioridad
intersectorial que resguarda los derechos de las niñas y las mujeres,
independiente de su origen y condición”.
Por su parte, Gabriela Rosero, Jefa de Oficina de ONU
Mujeres en Chile comentó que “es un hecho que las consecuencias
económicas de la pandemia y la crisis social que esto conlleva no han sido
ajenas a la realidad que viven las mujeres, sabemos que es urgente fortalecer
las acciones para robustecer la inclusión de mujeres migrantes, indígenas, y de
las comunidades LGTBQI+. Es por ello que para ONU Mujeres ser parte del estudio
que hoy se presenta es de gran relevancia porque nos permite informar y tomar
decisiones con base en la realidad local y en las personas, abordando de mejor
forma a distintos colectivos de mujeres a través de nuestras
iniciativas”.
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