El Informe Anual de Derechos Humanos 2022 del INDH
ahondó en uno de sus capítulos sobre la situación de tres regiones de Chile
cuya población ve afectado su derecho al agua por actividades agroindustriales
y forestales, debiendo acceder a este elemento clave para la vida, a través de
camiones aljibes.
Cada 22 de marzo se conmemora el Día Mundial del
Agua para advertir sobre los problemas de acceso que muchas regiones del mundo
enfrentan, lo que es definido por Naciones Unidas como una “crisis mundial”.
Hay un grupo de la población
chilena, en especial en la zona sur, que en la actualidad no goza del derecho
al agua bajo estándares internacionales. Así lo afirma el Informe Anual
Situación Derechos Humanos en Chile 2022 del Instituto Nacional de Derechos Humanos
(INDH). Estas personas enfrentan una infraestructura hídrica deficiente y una
extensa sequía, todo ello empeorado por la presencia en sus regiones de una
actividad industrial que demanda un significativo uso de agua.
En el capítulo “Derecho al
agua, cambio climático y desarrollo sostenible” el INDH profundizó en la
situación de tres regiones de la zona sur. Ello se hizo a partir de la
combinación de aquellas comunas que tienen un 100% de escasez hídrica y un
mayor número de habitantes en sus zonas rurales. A esto sumó la información de
las misiones de observación del propio INDH y datos sobre la situación de los
pueblos indígenas. Así se llegó al análisis de los casos de las regiones de La
Araucanía, Los Ríos y Los Lagos.
Un caso paradigmático es el
de Cholchol, en la Región de la Araucanía. La comuna está entre Temuco
(oriente), Galvarino (norte), Carahue (poniente) y Nueva Imperial (sur). “Un
lugar donde se puede apreciar hasta qué punto ha llegado la saturación
agroindustrial y su impacto en la subsistencia de las personas, comunidades y
pueblos es la cuenca del río Cholchol que atraviesa la comuna del mismo nombre,
además de Galvarino y Nueva Imperial”, dice el informe. “La comuna de Cholchol
es la que tiene un mayor porcentaje de suministro de agua mediante camiones
aljibe en toda la región de La Araucanía, con un 41% de sus viviendas
abastecidas por dicho medio. Es también una comuna con una alta extensión de
plantaciones forestales”, se indica.
Hay que tener en cuenta que
el abastecimiento de camiones aljibe pone una limitante monetaria. La directora
ejecutiva de la Fundación Newenko, Evelyn Vicioso, realiza un cálculo en el
informe tomando un grupo familiar de siete personas, con cada persona
necesitando 100 litros diarios. “Si el Estado llegara a entregar toda el agua
que debiese entregar, que son 100 litros por día a esas familias, necesitas un
estanque de 7 mil litros para 10 días. Esa es una inversión importante, la
gente no la tiene”, señala Vicioso. Esto sin contar con la demanda de agua para
animales y cultivos.
Por eso, el informe estima
que “en una zona que —desde el punto de vista de los impactos de la actividad
productiva sobre los derechos de las personas y comunidades— se podría
considerar saturada, el Estado debiese reforzar la fiscalización del
cumplimiento de los estándares internacionales en relación al medio ambiente y
al derecho al agua”.
Eventual zona de sacrificio
San José de la Mariquina, en
la Región de los Ríos, es otra comuna que fue sujeto de un estudio más
detenido. Ubicada en la parte norte de la región y rodeada por Lanco,
Panguipulli, Máfil y Valdivia, la zona tiene una “alta presencial forestal,
alta concentración de captación de aguas y elevada presencia indígena rural”,
dice el informe. La extracción de agua potable por parte del servicio sanitario
rural alcanza un 12%: según la normativa de la Dirección General de Aguas,
cualquier capacidad menor a 50% es suficiente para constituir sequía severa.
Esto da cuenta de la gravedad de la situación.
Desde 2004 en la zona está
la Planta Valdivia de Celulosa Arauco, la cual fue responsable, en su primer
año de funcionamiento, de la muerte de cientos de cisnes de cuello negro en el
Santuario de la Naturaleza del Humedal Las Cruces. “Aparte del caso CELCO, el
INDH ha constatado la relación entre plantaciones forestales y vulneración del
derecho humano al agua y a un medio ambiente libre de contaminación cuando
realizó una misión de observación en esta comuna en 2019 (...) Por la situación
de las plantaciones forestales, la planta de celulosa, la escasez hídrica,
excavación de pozos de áridos, la falta de Derechos de Aprovechamiento de Agua
y de tierras, y otras vulneraciones, el INDH ha catalogado a San José de la
Mariquina como potencial ‘zona de sacrificio’”, recuerda el informe.
Amenaza a forma de vida
En la Región de Los Lagos,
San Juan de la Costa se encuentra al poniente de las comunas de San Pablo,
Osorno y Río Negro. Se trata de una zona, dice el informe, que depende de
manera importante para su suministro de agua de la cordillera de la costa.
“Este ecosistema se caracteriza, entre otras cosas, por la presencia de las
turberas, conocidas también como pomponales, humedales conocidos por su alta
capacidad de acumulación de agua”.
Sin embargo, hay una
amenaza. “Acá, justamente, se presentan algunas de las paradojas de la política
climática. Porciones importantes de la Región de Los Lagos y del territorio
mapuche-huilliche concentran una importante presencia, e interés futuro de
parques eólicos”. Las afectaciones de esta clase de proyectos han sido
descritas en diversos estudios y apuntan a la destrucción de las turberas. Los
proyectos podrían involucrar intervenciones en el bosque nativo y, en general,
en el ecosistema de turberas. “Así, a pesar de ser catalogados como sustentables,
pueden terminar amenazando el abastecimiento de agua y las condiciones del
medio ambiente de zonas rurales huilliches”, sostiene el informe.
El texto recuerda que, en
algunos sectores rurales, particularmente en Chiloé, se practica la extracción
de la turba por parte de familias campesinas que posteriormente lo venden,
utilizando dicho ingreso para su subsistencia.
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