En
2022 se cumplieron 50 años de la creación de la carrera de Fonoaudiología en
Chile. Una disciplina que cada vez será más requerida por el conjunto de la
población. ¿Por qué estamos seguros de eso?
Si
miramos el progresivo aumento en el número de diagnóstico de niños, niñas y
adolescentes con trastornos del espectro autista (TEC) personas con hipoacusia,
secueladas por accidente cerebrovasculares, (ACV), personas con disfonías o
aquellos que, por el paso de los años, son diagnosticados con demencias o
enfermedades como Parkinson, nos damos cuenta de que las necesidades de
terapias fonoaudiológicas van en aumento.
Lo
anterior sin tomar en consideración las prestaciones asociadas a enfermedades
profesionales y/o accidentes del trabajo cubiertos por la Ley N°16.744, en las
cuales el profesional fonoaudiólogo se inserta en ámbitos como voz en profesores,
monitoreo a través de evaluaciones auditivas constantes de trabajadores en
situación de riesgo, entre otras.
Dado
este panorama, es fundamental conocer cuáles son las proyecciones a nivel
laboral. Lo más reciente es que la pandemia por el COVID -19 mostró la gran
necesidad de contar con estos profesionales de la salud, no sólo para la
atención de pacientes mientras están hospitalizados en Unidades de Paciente Crítico
(UCI), o unidades de medicina, sino que también para la rehabilitación y
seguimiento post alta, así como el tratamiento en niños que producto de la
pandemia han tenido un desarrollo del lenguaje más lento.
Las
políticas públicas vigentes en salud y educación establecen que las personas
con las dificultades mencionadas anteriormente requieren del apoyo de fonoaudiólogos.
En la actualidad se está legislando en proyectos que buscan incorporarlos al Código
Sanitario e incrementar el número de patologías al Plan de Garantías Explícitas
en Salud (GES) asegurando prestaciones integrales.
La
tarea que tenemos como fonoaudiólogos y futuros fonoaudiólogos es visibilizar esas
múltiples necesidades que no están siendo atendidas a cabalidad en la población
infantil y adulta, y para lo cual nuestra formación profesional es clave para
su mejor calidad de vida, desarrollo, rehabilitación y reinserción.
Denisse Navarro
Directora Escuela de Fonoaudiología
Universidad San Sebastián
0 Comentarios