Casi un 20% de los estudiantes de educación superior lo hace en modalidad vespertina, representando a más de 225 mil personas a lo largo de Chile, de acuerdo al Informe de Matrícula de Educación Superior 2022, de la Subsecretaría de Educación Superior.

 

En el Centro de Formación Técnica e Instituto Profesional Santo Tomás Osorno, por ejemplo, son más de 350 los futuros profesionales que prefieren la jornada vespertina y que se especializan actualmente en las áreas de: Topografía, Contador Auditor, Técnico en Administración, Técnico en Construcciones Civiles, e Ingeniería de Ejecución de Administración.

 

Estudiar en modalidad vespertina viene de la mano de diferentes circunstancias: tener un trabajo de tiempo completo, el cuidado de la familia o la flexibilidad que brinda la educación en este horario.

 

En este contexto, Jade Ortiz, académica de la Escuela de Psicología de la Universidad Santo Tomás, entrega una serie de recomendaciones para aquellas personas que quieran acceder a esta modalidad de educación, en la que, según la profesional, el cuidado de la salud mental, la comunicación fluida con la familia y las redes de apoyo es fundamental.  

 

Analizar y organizar bien el tiempo

 

Si bien las carreras vespertinas cuentan con menos horas de clases formales, en muchos casos incluyen los sábados, a lo que hay que sumar tiempo de estudio, trabajos y reuniones grupales. Por lo mismo, Ortiz recomienda organizar adecuadamente el tiempo, así como “averiguar cómo es el horario de la carrera, porque no solamente se trata de ir a clases. Esa es una parte que, en general, los alumnos tienen dificultad de asimilar al ingresar. Es fundamental revisar bien tu disponibilidad de tiempo y llevar una agenda para saber cuánto tiempo puedes dedicar al estudio, al trabajo, a la familia y a todo lo que pueda estar asociado”.

 

Crear una red social de apoyo

 

Gran parte de las personas que estudian en modalidad vespertina trabajan o cuentan con otras labores durante el día, lo que a veces puede provocar atrasos o inasistencias. Para la psicóloga, es fundamental contar con una red social que permita aliviar esa carga: "Tener un buen grupo de estudio puede ayudar. Entre todos se darán un soporte para cuando no puedan cumplir efectivamente con sus horarios, además de enterarse sobre lo que están haciendo y no quedarse atrás".

 

Vida familiar: la comunicación es fundamental

 

Con menos horas libres disponibles debido a los estudios, la vida familiar y social probablemente se verá afectada, según Ortiz. Por esta razón, el comunicar efectivamente a la familia las metas y objetivos es una buena forma de alivianar la carga mental del desafío de un programa vespertino. "Hay que asumir el costo familiar, por eso es importante tener un apoyo conversado, que entiendan que quizás no voy a estar, por ejemplo, en todas las fiestas y reuniones". En esta línea, la docente recomienda que “esta es una charla que no solo debe ocurrir una vez, sino que regularmente, ya que con el paso de los semestres existirán diferentes escenarios en los estudios, algunos requiriendo más o menos tiempo”.

 

Encontrar un ritmo propio

 

Muchas de las personas que escogen la educación vespertina lo realizan luego de varios años sin haber estudiado formalmente. Por lo mismo, retomar el adecuado ritmo de estudio puede ser un proceso frustrante, por lo que hay que ajustar las expectativas y tiempos para no desmotivarse. En este sentido, Ortiz indica que “es importante tener claro que es normal que el desempeño no sea grandioso, aunque seas muy inteligente y estudioso. Tiene que ver con el training, requiere adaptación. Aquí los objetivos son muy importantes, para no perder motivación". Finalmente, a quienes trabajan, la académica aconseja a no caer en la comparación con compañeros, sino que enfocarse en sus fortalezas: "La ventaja que tienen es que hay más experiencia laboral, más habilidades que poner al servicio de los estudios. Esto entrega mayor solidez y profundidad a la hora de asimilar los contenidos".