La ceremonia ecuménica se realizó en la
Catedral Metropolitana. Asistieron el Presidente Gabriel Boric, autoridades de
los tres poderes del Estado y de la Convención Constitucional, y representantes
de distintas denominaciones religiosas. El Arzobispo de Santiago insistió en su
homilía en que todos “somos de Dios y no pertenencia del Estado”, y que al ir
en ayuda de los más necesitados el gran objetivo, más que la entrega de dinero,
es “permitir una vida digna a través del trabajo”. Del mismo modo, enfatizó la
corresponsabilidad de todos los chilenos al “iniciar y generar nuevos procesos
y transformaciones”.
La Oración por
Chile y el nuevo Gobierno, tradicional ceremonia ecuménica en la que el
recogimiento también dio paso a la alegría y la esperanza en el futuro del
país, se realizó esta mañana en la Catedral Metropolitana de Santiago. En el
principal templo capitalino estuvieron presentes las más altas autoridades
nacionales, encabezadas por el recién asumido Presidente de la República,
Gabriel Boric.
La liturgia
comenzó a las 11:30 horas y fue celebrada por el Arzobispo de Santiago,
cardenal Celestino Aós, quien fue acompañado por representantes de distintos
credos presentes en Chile. Asistieron las más altas autoridades de los poderes
Ejecutivo, Legislativo y Judicial; de las Fuerzas Armadas y de Orden y, como
novedad este año, de la Convención Constitucional.
Del mismo modo,
participaron obispos católicos, integrantes de diversas denominaciones
religiosas y organizaciones civiles.
“Nosotros, señor Presidente, siempre
estaremos rezando por usted y por nuestras autoridades, tal como nos lo enseña
y manda el apóstol San Pablo (1 Timoteo 1-6): ‘Ante todo, recomiendo que se
hagan peticiones, oraciones, súplicas y acciones de gracias a Dios por toda la
humanidad’”, expresó el Arzobispo de Santiago durante su homilía.
“Queremos y buscamos un Chile donde todos
convivamos respetándonos, escuchándonos, dialogando, colaborando, cuidando
especialmente a los más pobres y utilizando responsablemente la naturaleza”,
enfatizó.
Mística de fraternidad
El cardenal Aós
también llamó a convocar las voluntades de todos en la construcción de nuestro
país.
“Hoy, especialmente hoy, pedimos por usted,
señor Presidente; pedimos por ustedes, autoridades y gobernantes, legisladores
y jueces, como pidió Salomón: que Dios ilumine sus mentes para que conozcan lo
que es bueno y lo que es malo, lo que es justo y lo injusto. Y para que puedan
trabajar por lograrlo y aunar las voluntades en proyectos y causas comunes”,
instó.
Al mismo tiempo,
monseñor Aós hizo un especial llamado a quienes asumen responsabilidades en el
ámbito político, en la dirección de “fomentar
una mística de fraternidad y, al mismo tiempo, una organización social más
eficiente”.
“Los políticos están llamados a preocuparse
de la fragilidad, de la fragilidad de los pueblos y de las personas. Cuidar la
fragilidad quiere decir fuerza y ternura lucha y fecundidad, en medio de un
modelo funcionalista y privativista que conduce inexorablemente a la cultura
del descarte”, advirtió.
Sobre los desafíos
que enfrenta el Chile de hoy, monseñor Aós puso acento en los aspectos
fundamentales de la vida y la convivencia humanas.
“Dios ha creado a todos los seres humanos a
su imagen y semejanza. Somos de Dios y no pertenecemos al Estado. Dios nos ha
dado unos derechos que el Estado debe reconocer y respetar. Varones y mujeres
iguales en los derechos, en los deberes y en la dignidad; y Dios nos ha llamado
y nos llama hoy a convivir entre hermanos entre nosotros”, afirmó.
Al mismo tiempo,
lamentó las difíciles circunstancias vividas por el país en los últimos años,
debido a la pandemia, la violencia política y social, los atentados en La
Araucanía, y la delincuencia, “que han
mostrado la cara sucia de nuestra Patria”.
“Nos duele, nos inquieta, nos preocupa.
Sembrar violencia no es vida sino muerte, no es avance sino retroceso”, recalcó.
Superar las
consecuencias de estos hechos no solo es tarea de quienes ejercen
responsabilidades públicas, sino de todos los chilenos, enfatizó el arzobispo
de Santiago. Y un ejemplo de esto, precisó, reside en la necesidad de respetar
las medidas adoptadas para combatir el covid-19.
“Estamos aquí renovando nuestra convicción de
que no podemos esperarlo todo de los gobernantes, sino que cada uno de nosotros
es responsable del bien de todos. Hemos experimentado la tensión y el
sufrimiento constatando que un grupo de compatriotas no estaba dispuesto a
colaborar con las medidas sanitarias para combatir la pandemia, que un grupo de
compatriotas recurre a la violencia para conseguir sus objetivos”,
señaló.
“Gozamos de un espacio de corresponsabilidad
capaz de iniciar y generar nuevos procesos y transformaciones. Seamos parte
activa en la rehabilitación y el auxilio de nuestra sociedad herida”,
aseveró.
Dar trabajo a los
necesitados
En el mismo
ámbito, el cardenal Aós llamó a ir en ayuda de quienes más lo necesitan con
medidas de mayor alcance y permanencia.
“Ayudar a los pobres con dinero debe ser
siempre una solución provisoria para resolver urgencias. El gran objetivo
debería ser siempre permitirles una vida digna a través del trabajo”,
indicó.
El Arzobispo de
Santiago también insistió en un llamado a ser audaces en la búsqueda de la paz,
amenazada hoy en todo el mundo, para que la sociedad chilena se mantenga en la
vía de la concordia y el diálogo.
“Chile nos necesita como artesanos de paz, como
ejemplos de diálogo, dispuestos a generar procesos de sanación y de reencuentro
con ingenio y audacia. “Señor, haz de mí instrumento de tu paz”,
insistió.
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