En la
misa que presidió para conmemorar el Miércoles de Ceniza, el Arzobispo de
Santiago se unió al llamado del Papa de orar y hacer ayuno pidiendo
especialmente por la paz para Ucrania y Rusia, pero también invitó a los
creyentes a ser solidarios, artesanos de la paz, y a rezar para que ésta
prevalezca en Chile y las familias.
Este 2 de
marzo el Arzobispo de Santiago, el cardenal Celestino Aós, celebró la misa de
Miércoles de Ceniza en la Catedral Metropolitana, conmemoración que marca el
inicio del período litúrgico de la Cuaresma. Es decir, comienza un tiempo de
penitencia, conversión espiritual y reflexión que dura 40 días, en los que los
católicos se preparan para recordar la muerte y resurrección de Jesucristo.
En la
ceremonia, el cardenal se unió a las palabras del Papa Francisco, quien días
atrás pidió encarecidamente que en esta fecha los creyentes hicieran oración y
ayuno por la paz en Ucrania y el mundo entero.
“Les
animo que acojamos el llamado del Papa, sintonicemos con la Iglesia Universal y
hagamos hoy un gesto de oración, de ayuno y de penitencia pidiendo la paz para
Ucrania y Rusia. El fin de esa y de todas las guerras”, dijo en su homilía y,
al mismo tiempo, pidió que los cristianos sean artesanos de la paz.
“Jesús
nos dijo: mi paz les dejo, la paz les doy. Es tarea nuestra cuidar la paz. Hay
guerra y no nos espantamos de la guerra, sino que ya la vemos como un
espectáculo más. La guerra que nos muestra el espanto de la guerra en Ucrania y
Rusia, pero hay guerra entre nosotros. Trabaja por la paz, reza: haz de mí un
instrumento de tu paz”, conminó.
“Propongo
que todos los días de esta Cuaresma recemos tres Padre Nuestro. Uno pidiendo la
paz en nuestra familia, otro, pidiendo la paz en Chile, y otro pidiendo el fin
de la guerra en Ucrania y para todo el mundo”, agregó.
Junto a
esto, el Arzobispo de Santiago hizo un llamado a la solidaridad, especialmente
hacia los más necesitados, e instó a evitar “la gran tentación que es el
desinterés”. Así, convocó a dar nuevo sentido al sacrificio del ayuno. “No se
trata solo de no comer unos alimentos y echarse un importe al bolsillo. Se
trata de entregar a los pobres el fruto de mi privación, de ese helado, café o
bebida”, afirmó, recordando el inicio de la campaña Cuaresma de Fraternidad,
que reúne fondos para apoyar a familias en situación de vulnerabilidad.
Tras la
homilía se llevó a cabo la tradicional imposición en la frente de los fieles de
la señal de la Cruz con ceniza.
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