Un fin de año con altas temperaturas es lo que se
proyecta para las próximas semanas, temperaturas que superarían el promedio
alcanzado durante los últimos 30 años, pronosticando así que el 2022 será un
año caluroso y seco.
“El año 2022 no va a ser más lluvioso que el 2021,
lamentablemente. Puede haber eventos particulares, pero en el acumulado
probablemente va a ser igual o menor, y si llega a ser superior, no va a ser un
10 por ciento más que el que este año, debido a esta tendencia a largo plazo a
la sequía”, comentó Raúl Valenzuela, meteorólogo, académico del Instituto
Ciencias de la Ingeniería de la Universidad Estatal de O’Higgins (UOH).
Además, "el pronóstico estacional, es decir,
diciembre, enero, febrero, muestra temperaturas por sobre el promedio, sugieren
temperaturas sobre lo normal entre casi todo Chile, prácticamente desde Atacama
hasta Puerto Montt. Volveremos a tener temperaturas de 33-34 grados”, mencionó.
Olas de calor
El aumento de las temperaturas se atribuye también
al cambio climático. “Hay variaciones de temperatura que son naturales del sistema
terrestre, pero también hay altas temperaturas como consecuencia del cambio
climático. Hay una mezcla de señales y efectos, que al final se potencian y
hacen que lleguemos a estos extremos de temperatura”, explicó.
Y agregó que “la realidad en un año más es que la
zona central de Chile va a seguir esta tendencia global que es el aumento de la
temperatura, vamos en un incremento de 1,2 grados Celsius en el promedio anual
de temperatura. El límite al que se quería llegar era 1,5 grados Celsius,
estamos muy cerca de ese límite. Los gases efecto invernadero siguen aumentando
su concentración y por lo tanto es esperable que en los siguientes años sigamos
teniendo olas de calor. Yo creo que esto ya hay que acostumbrarse y tomar
medidas, respecto al arbolado urbano y cuidados del agua”.
Otro punto a destacar es que este 21 de diciembre
comenzó el solsticio de verano, por lo que los rayos solares llegan de forma
más perpendicular a la superficie de la Tierra, lo que significa una mayor
densidad de energía. “Es como si una linterna alumbra una pared de forma
perpendicular, sin embargo, cuando estamos en el solsticio de invierno que es
el otro extremo, los rayos solares llegan más tangencial por ello hay una menor
temperatura”, acotó.
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