El edil osornino dijo que la asociatividad de los municipios es fundamental para lograr esta causa, así como también el pronunciamiento de Contraloría y la inversión municipal que se requiera para contar con las instalaciones de acopio y la adquisición de los cilindros, toda vez que la iniciativa nacional apunta a que los municipios de Chile sean distribuidores de gas en sus comunas.

 

Alrededor de 60 alcaldes de todo el país se reunieron en la región del Biobío con la finalidad de buscar estrategias tendientes a bajar el precio que se paga por el gas licuado, que en el último tiempo ha sufrido alzas importantes y ha afectado fuertemente el bolsillo de las familias chilenas.

 

Para el alcalde Carrillo, existen tres puntos importantes de tomar en cuenta a la hora de materializar este proyecto en la ciudad, enfatizando en que será fundamental conocer el pronunciamiento de la Contraloría, pues el organismo fiscalizador debe dictaminar que esta iniciativa persigue fines sociales y no de negocio, señaló. 

 

Otro de los aspectos a considerar, ante la eventual implementación de esta idea nacional que los municipios sean distribuidores de gas licuado,  dice relación con el tema operativo y de financiamiento, “pues como municipio debemos realizar los cálculos respecto a la inversión que se necesite destinar para contar con las instalaciones de acopio, el equipamiento y la adquisición de los cilindros; de acuerdo a la realidad y demanda de nuestra comuna y sus habitantes”.

 

Carrillo agregó que la asociatividad de los municipios será prioritaria, de allí su participación en esta cumbre en Chiguayante, región del Biobío, ocasión en la que también se promovió la creación de una asociación de municipios para la energía y combustible, “ya que las comunas del sur, como Osorno, requieren de puntos de carga más cercano a la zona, y no depender de Linares, por los altos costos que implicaría el abastecimiento del gas, por ejemplo”, comentó.

 

Finalmente, el jefe comunal osornino manifestó que este tema es relevante para la comuna de Osorno, que ha tenido serios problemas de contaminación en los últimos años producto del uso de la leña como medio de calefacción, “por lo que, de llegar a bajar los valores de las cargas de gas, podríamos equilibrar los precios de otras fuentes energéticas y con ello mejorar las condiciones medio ambientales de la ciudad”.