El diputado Harry Jürgensen pidió a los
ministerios del Interior y de salud revisar el protocolo de permisos para
la realización de matrimonios, luego de la detención de una docena de personas
que celebraban una unión en la comuna de Las Condes cuando fueron fiscalizadas
por Carabineros.
Para el parlamentario, se trata de una “acción arbitraria e injusta”, ya que
actualmente se pueden realizar ceremonias civiles de hasta cuatro horas de
duración, con un aforo de hasta 10 personas, sin considerar a los contrayentes,
según consta en la plataforma de la Comisaría Virtual.
En este sentido, el diputado Jürgensen argumentó: “La Corte Suprema ha señalado
que la libertad de culto no es una de las libertades que puede ser restringida
durante un estado de excepción, así ha autorizado por ejemplo la celebración de
cultos religiosos”.
Así mismo - continuó- ”El matrimonio es un acto de gran relevancia en la vida
cristiana; en la religión católica es reconocido como sacramento para quienes
profesan esa fe; por lo que su celebración tiene el carácter de esencial en la
vida de una pareja que quiere iniciar una vida en común y una familia”.
En el oficio despachado a los ministros Rodrigo Delgado y Enrique Paris,
Jürgensen citó la declaración Universal de Derechos Humanos, la que
señala expresamente en su artículo 16, lo siguiente: “1. Los hombres y las
mujeres, a partir de la edad núbil, tienen derecho, sin restricción alguna por
motivos de raza, nacionalidad o religión, a casarse y fundar una familia, y
disfrutarán de iguales derechos en cuanto al matrimonio, durante el matrimonio
y en caso de disolución del matrimonio”.
Por lo anterior, el Diputado por Los Lagos, reiteró que: “resulta del todo una
discriminación arbitraria que no exista un permiso especial para la celebración
de matrimonios religiosos, bajo las mismas condiciones que el matrimonio civil,
considerando incluso que cumpliendo ciertos requisitos el matrimonio religioso
puede hacerse valer también matrimonio civil”.
Finalmente, Jürgensen solicitó que se establezca un permiso temporal especial
para la celebración de un matrimonio religioso y el establecimiento de un aforo
adecuado para asegurar, al menos, la presencia de los novios, los padrinos del
matrimonio y sus padres.
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