Sequía, producto
de la escasez de precipitaciones ha golpeado con dureza a pequeños y medianos
agricultores, quienes han visto afectadas dramáticamente crianzas y cultivos.
Mediante oficio de carácter urgente, el diputado Javier
Hernández, solicitó a la ministra de Agricultura, María Emilia Undurraga, se
decrete a la totalidad de la Región de Los Lagos como zona de Emergencia
Agrícola, dada la situación de sequía que se ha visto agravada desde la segunda
quincena del mes de febrero.
“Las elevadas temperaturas
percibidas en buena parte del sur de Chile, han afectado de manera especial a
la Región de Los Lagos, específicamente a aquellas comunas que tienen un evidente
carácter agrícola y cuyas capacidades instaladas les impiden una reactivación
económica en el corto plazo con alternativas diferentes a su sello”, indicó el legislador.
Hernández agrega que “la escasez de precipitaciones ha golpeado con dureza a los pequeños y
medianos agricultores, quienes han visto afectadas dramáticamente sus
posibilidades de sobrellevar el día a día producto de la afección sobre
cultivos y crianzas” y si cita como ejemplo más crítico a
Curaco de Vélez, en Chiloé, y proyectivamente en una situación muy compleja a
San Juan de la Costa, San Pablo, Río Negro y Purranque, en Osorno, y comunas
como Los Muermos, Llanquihue y Fresia, en la provincia de Llanquihue.
“Se trata de comunas
predominantemente rurales y en cuya condición su economía se basa estrictamente
de la agricultura. El sector se ve afectado desde la hortofruticultura hasta el
pastoreo de ganado de diversas especies, con repercusiones de gran magnitud,
considerando el ya complejo escenario dado por la propagación del covid-19 en
nuestro país”, señala.
El parlamentario expresa que “frente a esta situación, he solicitado a la ministra declarar estado
de Emergencia Agrícola en toda la región, ya que las medidas de ayuda de
urgencia, especialmente de forraje, no pueden hacerse esperar, especialmente
considerando que los pequeños agricultores se verían empujados por la necesidad
a vender sus animales a precios irrisorios y, peor aún, podría darse que la
mortandad de ganado a causa de la sequía produciría inevitablemente una crisis
sanitaria de marca mayor con riesgo para la salud humana en un vasto territorio
del país”.
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