El 17 de noviembre se celebra el día mundial del niño prematuro, sin
embargo, para las Unidades de Neonatología a lo largo del mundo, la
prematuridad forma parte del quehacer diario.
Mundialmente, uno
de cada diez niños nace de forma anticipada, y las consecuencias que ello
genere, dependerán de cuan anticipado sea el nacimiento, los cuidados
prenatales, el peso del bebé y los distintos factores que puedan aquejarle.
Se entiende por recién nacido prematuro a todo aquel nacido antes
de las 37 semanas, destacando en este grupo a aquellos más vulnerables: los
menores de 28 semanas, también llamados prematuros extremos. Es en este
último grupo de pequeños donde se han logrado los avances más importantes las
últimas décadas, en relación al seguimiento obstétrico, el trabajo
perinatológico, el uso de
corticoides antenatales, la neuroprotección y el
desarrollo exponencial de las unidades de cuidados intensivos neonatales.
Si bien, en la
actualidad es posible lograr sobrevida en algunos recién nacidos incluso desde
las 22 semanas, la meta
hoy en día, es lograr mejorar la calidad de vida de los prematuros disminuyendo
la morbilidad asociada a discapacidad en diferentes niveles. Para esto es
crucial un equipo multidisciplinario altamente capacitado, la individualización
de los cuidados a las necesidades de cada paciente y sobre todo una familia
involucrada en el desarrollo y seguimiento del bebé.
Desde el nacimiento del niño cada momento es un nuevo reto: un cerebro
en desarrollo y vulnerable al más mínimo estímulo, una necesidad nutricional
particular, un intestino frágil, un sistema inmune inmaduro, un metabolismo en
adaptación, y un largo camino por recorrer, donde tanto las familias como el
equipo neonatal saben que el día a día acompañados resulta de mejor manera. En
base a lo anterior, el contacto piel a piel precoz cuando existe un bebé
estable o método canguro se preconiza, pues ha demostrado mejorar los
resultados neonatales a corto y largo plazo. Lamentablemente, la pandemia
COVID-19 y los planes de contingencia instaurados, han llevado a muchos padres
y madres a disminuir el tiempo junto a sus bebés, interrumpiendo el enfoque de
integración a la familia que ha sido establecido los últimos años.
Sabemos que el futuro presentará nuevos desafíos tanto tecnológicos como
científicos, pero por sobre todo sabemos, que todos estos desafíos son en favor
de cada bebé prematuro, pues cada uno de ellos ha llegado a este mundo a su
propio tiempo, son pequeños guerreros que viven día a día dando grandes pasos y
haciendo grandes diferencias.
Columna Opinión:
Dra. María Paz Vera Almonacid
Neonatóloga Subjefe Servicio de Neonatología
Hospital Base San José Osorno
0 Comentarios