El pasado 15 de octubre mientras funcionarios de Sernapesca certificaban el desembarque del recurso raya en Bahía Mansa, San Juan de la Costa, recibieron el aviso de la presencia de ballenas a pocos kilómetros del lugar, en la playa de Maicolpué. Con el apoyo de la Alcaldía de Mar y de los pescadores artesanales se trasladaron hasta el lugar para verificar que los mamíferos estuvieran fuera de peligro, ya que se encontraban a 100 metros aproximadamente de la orilla, con posible riesgo de varar.
Uno de los funcionarios, Biólogo Marino de profesión, al
observar detalladamente confirmó que se trataba de una ballena Franca Austral (Eubalaena
australis) con su cría. "Es normal que estas ballenas cuando
se encuentran junto a sus crías, se introduzcan en las bahías o en sectores de
baja profundidad, para descansar y amamantar. De preferencia se detienen en
lugares protegidos y por lo general con poca corriente." Aseguró Andrés
Muñoz, encargado de oficina de Sernapesca en Osorno.
La ballena Franca Austral del Pacifico sur oriental
(sub-población chileno-peruana), se encuentra en peligro crítico de extinción,
estudios nacionales estiman que podrían quedar no más de 8-10 ejemplares
hembras reproductivas, y a pesar de que es esperanzador ver el nacimiento de
una nueva cría, es también desolador conocer cómo, durante la época de la caza
indiscriminada durante el siglo pasado, su población llegó casi a la extinción,
justamente por su predilección por circular en las cercanías al borde costero.
El período de gestación dura de 12 meses; el ballenato
nace a fines de la primavera o a principios de verano, pesando alrededor de 5
toneladas. El periodo de lactancia dura casi un año y alcanzan su madurez
sexual o reproductiva alrededor de los 8 años. Esta especie solo puede dar a
luz un promedio de una cría cada 3 a 4 años, lo que dificulta aún más la
recuperación de estas poblaciones.
La cría no puede realizar largos viajes de una sola vez,
como podrían realizarlo los individuos adultos, por lo que deben descansar cada
cierto tramo.
El único depredador natural de este gigante del mar son
las orcas, sin embargo, la actividad humana las ha llevado al borde de la
extinción. Las principales causas de muerte son por colisión con embarcaciones,
perturbación de las áreas de crianza por embarcaciones de avistamiento de
ballenas, la actividad industrial costera portuaria, contaminación oceánica,
derrames de petróleo y desechos industriales tóxicos, captura incidental en
pesquerías de peces consumidores de krill y enmallamiento en artes y aparejos
de pesca.
Es por esa última razón que el día 22 de octubre
funcionarios de Sernapesca en conjunto con la Autoridad Marítima, ingresaron al
agua en una pequeña embarcación en el sector de Estaquilla, lugar dónde fue
avistada nuevamente la madre junto a su cría por los vecinos del sector y
dieron aviso a Sernapesca. Los fiscalizadores revisaron desde una distancia
prudente que los ejemplares no estuvieran enmallados con redes fantasmas y de
este modo evitar varamientos.
Desde la Unidad de Conservación y Biodiversidad de
Sernapesca continuarán con el seguimiento para asegurar que estén fuera de
peligro en su viaje hacia al sur, además estarán en constante coordinación con
los funcionarios de las demás oficinas de Sernapesca de la región y de Aysén y
Magallanes para continuar con la vigilancia. La Capitanía de Puerto de Maullín
por su parte, ha llamado a las embarcaciones por radio a mantearse alejadas de
las áreas donde se ha avistado la madre con su cría para evitar colisiones y
perturbaciones a su área de crianza.
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