Con el objetivo de entregar mejores herramientas para enfrentar la pandemia y fomentar la planificación de ciudades saludables, el Consejo Nacional de Desarrollo Urbano (CNDU) dio a conocer más de 40 recomendaciones con foco en la ciudad de 15 minutos, movilidad sustentable y medio ambiente sano; y que se suman a las ya publicadas en la Agenda Social Urbana.
El documento titulado “Recomendaciones para las ciudades chilenas frente a la pandemia”, fue elaborado con el consenso de más de 50 participantes, entre ellos consejeros y consejeras del CNDU, académicos, expertos y representantes de instituciones de gobierno, organizaciones sociales y gremiales.
“La pandemia que enfrentamos cambió nuestro diario vivir en las ciudades e incrementó las brechas sociales que como CNDU hemos puesto en el centro del debate de la planificación de las urbes en Chile. Tenemos urgencias que abordar como el aumento de los campamentos, el déficit habitacional y los altos índices de hacinamiento y allegamiento que, en este nuevo contexto, contribuyen a la propagación del virus. Estas nuevas recomendaciones tienes como objetivo la construcción de sociedades más resilientes, capaces de enfrentar los efectos insospechados de fenómenos que pongan en riesgo nuestros sistemas urbanos”, comentó Sergio Baeriswyl, presidente del CNDU.
Las recomendaciones se dividen en tres ámbitos. El primero apunta a la Ciudad de 15 minutos en la que sus habitantes pueden tener acceso fácil y rápido a diversos servicios para resolver sus necesidades básicas. Las principales recomendaciones son:
·  Acercar los servicios públicos y otros con equipos/unidades móviles para el pago de bonos y pensiones, o para hacer trámites del registro civil. 
·  Internet gratuito en lugares estratégicos como espacios públicos, parques y plazas, sedes vecinales, comunitarias, colegios, clubes de adulto mayor y deportivos, bibliotecas, jardines infantiles, entre otros.
 
·  Ampliar la iniciativa de Barrios Comerciales (que hoy considera 60 barrios existentes), hacia otros que tengan el potencial de consolidar un desarrollo económico local, posibilitando la generación de policentralidades.
 
·  Promover intervenciones de urbanismo táctico demarcando pavimentos y señaléticas de bajo costo, que permitan la circulación de las personas y su acceso a los diferentes servicios manteniendo las distancias de cuidado. De manera complementaria, definir zonas temporales y/o parcialmente libres de estacionamientos y de circulación vehicular.
 
·  Crear y mejorar mecanismos para el apalancamiento de recursos públicos y privados que permitan la construcción y mejoramiento de espacios públicos.
 
·  Promover la densificación equilibrada en los ejes estructurales, mediante cambios legales y normativos en las facultades de los Planes Reguladores Intercomunales.
 
·  Promover la microdensificación como estrategia de regeneración de barrios, potenciando los programas actuales del MINVU y gestionando los cambios normativos necesarios para su desarrollo.
 
·  Potenciar el arriendo como vía de solución inmediata al problema del hacinamiento durante la situación de pandemia. Para ello se sugiere promover el subsidio de arriendo del MINVU, evaluando como alternativas el aumento del monto a subsidiar, o bien, un llamado especial que otorgue subsidios por un periodo corto (6 meses) durante la crisis.
La segunda es avanzar a una ciudad con movilidad sustentable. Las principales recomendaciones son:
·  Establecer horarios diferenciados de entrada y salida de trabajadores/as y estudiantes para desconcentrar las horas punta y reducir el hacinamiento el transporte público. 
·  Implementar jornadas combinadas entre días de trabajo presencial y días de trabajo a distancia, cuando sea posible, para reducir la demanda en el espacio vial como el hacinamiento al interior del transporte público.
 
·  Aumentar significativamente la extensión de las redes de ciclovías, abarcando demarcaciones tácticas de bajo costo con financiamiento municipal.
 
·  Biciestacionamientos gratuitos, accesibles y custodiados, a lo menos en las estaciones de mayor afluencia del sistema de transporte público y servicios de salud y abastecimiento.
 
·  Generar, potenciar o recuperar rutas que conecten áreas verdes para facilitar el desplazamiento peatonal y en bicicleta en espacios amplios.
 
·  Incorporar medidas de gestión en el uso de las vías, restringiendo los estacionamientos en superficie en el espacio público en ciertos horarios, pero habilitándolos si corresponde en horarios nocturnos para residentes o actividades de servicio.
 
·  Promover que los municipios activen “Zonas de Tránsito Calmado” de acuerdo a lo dispuesto en la Ley de Convivencia Vial.
 
·  Promover que la Ordenanza General de Urbanismo y Construcciones (OGUC) establezca el número máximo de estacionamientos como norma urbanística en proyectos bien conectados a la red de transporte público para reducir el impacto vial en su área de influencia.
 
·  Activar temporalmente nuevas pistas exclusivas para el transporte público durante los periodos punta en días laborales.
 
·  Aprobación del Proyecto de Ley CATI.
 
·  En el mediano plazo, evaluar medidas como la tarificación vial por congestión dentro de polígonos saturados para incentivar modos sustentables. La recaudación fiscal debiera invertirse en medidas que faciliten el transporte público y los modos caminata y bicicleta.
La tercera es desarrollar una ciudad con medio ambiente saludable. Las principales recomendaciones son:
·  Evaluar la pertinencia de las acciones establecidas en los Planes de Prevención y Descontaminación Ambiental (PPDA) en el nuevo escenario de urgencia y, de ser necesario modificarlos, definir un mecanismo expedito para ello. 
·  Implementar estrategias de reacondicionamiento térmico de viviendas, rápidas y oportunas, en aquellas que se encuentran hoy en condiciones de alta vulnerabilidad.
 
·  Reimpulsar, según fue acordado en la Política Nacional de Uso de la Leña y sus derivados para calefacción, la calificación de la leña como combustible sólido, de manera que el Estado pueda estandarizar, regular y fiscalizar su generación, distribución, comercialización y uso.
 
·  Avanzar en la obligatoriedad de cumplir estándares mínimos de desempeño térmico en viviendas y edificaciones, incorporando éstos en la OGUC. Los estándares debieran ser pertinentes según las condiciones regionales y locales.
 
·  Fortalecer e incentivar alianzas público-privadas que permitan mantener en pie la política del MTT de modernización de la flota de transporte público a buses eléctricos a nivel nacional.
 
·  Incorporar, en el actual plan de apoyo público-privado para la industria del reciclaje, del MMA, nuevas medidas que permitan avanzar hacia la recolección selectiva de los residuos reciclables generados a nivel domiciliario, con énfasis en la inclusión de los recicladores de base.
 
·  Impulsar con los GORE mecanismos para obtener recursos adicionales para aumentar el número de recambios de calefactores establecidos en los Planes de Descontaminación Ambiental; y continuar la focalización de los recursos en el Programa de Recambio de Calefactores del MMA.
 
·  Promover de manera conjunta entre el MMA, los GORE y municipalidades, estrategias para facilitar e incentivar la valorización de residuos orgánicos en origen, a través del compostaje y vermicompostaje domiciliario y comunitario.
 
·  Establecer mecanismos que permitan asegurar, durante la crisis sanitaria, el acceso a agua potable en campamentos y áreas urbanas no concesionadas.
 
·  Definir una regulación que permita el cuidado, planificación y gestión del arbolado urbano.
 
·  Considerar en el plan de reactivación económica medidas que permitan incentivar y promover el desarrollo de empresas no contaminantes, como aquellas vinculadas a la electromovilidad, la generación de energías limpias, construcción de mejoramiento térmico, entre otras, de manera de avanzar en el compromiso climático.

Cabe recordar que estas propuestas se suman a las de la Agenda Social Urbana que realizó el CNDU producto de la crisis social y entre las que destacan la construcción de viviendas sociales integradas en suelo público con entidades sin fines de lucro, la consolidación de un parque de vivienda público para arriendo, el diseño de planes reguladores con objetivos de integración social y en tiempos acotados.
Tanto el documento “Recomendaciones para las ciudades chilenas frente a la pandemias” y la “Agenda Social Urbana” están disponibles para toda la ciudadanía en la página web del CNDU.